¿Quién es San Benito Abad?
San Benito Abad o también conocido como San Benito de Nursia es patrón de Europa y Padre de la vida monástica occidental.
Benito etimológicamente significa «bendecido».
Decidió abandonar Roma y el mundo para evitar la vida licenciosa de dicha ciudad. Vivió como ermitaño por muchos años en una región rocosa y agreste de Italia. Residía por aquél tiempo una comunidad de monjes cuyo abad había muerto. Decidieron pedirle a San Benito que ocupara su lugar. Al principio se negó, pero luego cedió ante la insistencia. Pronto se puso en evidencia que las estrictas nociones de disciplina monástica que San Benito observaba, no se ajustaban a ellos, porque quería que todos vivieran en celdas horadadas en las rocas. El mismo día retornó a Subiaco, no para seguir llevando una vida de retiro, sino con el propósito de empezar la gran obra para la que Dios lo había preparado durante esos tres años de vida oculta. No tardaron en reunirse a su alrededor los discípulos atraídos por su santidad y sus milagros.
Construyó dos capillas y la abadía de Monte Cassino, alrededor del año 530. De aquí partió la influencia que iba a jugar un papel tan importante en la cristianización y civilización de la Europa post-romana. Fue tal vez durante este periodo que empezó a concretizar su «Regla». Prescribe una vida de oración litúrgica, estudio, y trabajo, llevado socialmente, en una comunidad y con un padre común.
San Benito predijo el día de su muerte; el último día recibió el Cuerpo y la Sangre del Señor. Fue enterrado junto a Santa Escolástica, su hermana, en el sitio donde antes se levantaba el altar de Apolo que él mismo destruyó, en Monte Cassino.
¿Cuál es el lema de San Benito y por tanto, de los benedictinos?
Su lema es: Ora et labora, representado por el arado y la cruz.
Nihil amori Christi praeponere. «No anteponer nada al amor de Cristo.»
¿Cuándo se celebra su fiesta?
La fiesta de San Benito se celebra el 11 de julio.
¿Por qué San Benito es patrono de Europa?
Antes que Patrono, san Benito había sido declarado por Pío XII Padre de Europa, en reconocimiento de que su institución monástica había contribuido decisivamente a la creación del espacio espiritual y cultural europeo. Los monjes benedictinos fueron los primeros que tuvieron conciencia de la nueva realidad post-romana, los que sirvieron de puente entre el mundo antiguo y el medioevo, cuando rescataron, cultivaron y transmitieron casi todo el patrimonio grecorromano, sobre todo el pensamiento y el Derecho, dándole además su última y más completa dimensión al injertarlo, como ya habían hecho Pablo y los Padres de la Iglesia, en la matriz evangélica, teológica y espiritual del cristianismo.
Ellos también fueron los que orientaron a la nueva sociedad en su configuración social, política, económica, cultural y religiosa; los que hicieron de la diversidad de esos pueblos una comunidad cohesionada en torno a los mismos valores espirituales, morales y humanistas. Los instrumentos de esa obra fueron la cruz y el arado, la oración y el trabajo, la Biblia y el Derecho romano, el libro y la estética litúrgica, la disciplina y la pax monástica.
Por eso los monasterios guardan la memoria y el secreto de Europa. Su recinto es el símbolo de ese espacio occidental: en él se condensa el espíritu, la fuerza, la tensión que engendraron al hombre y a el alma europeos. La construcción de Europa debiera hacerse con los criterios que forjaron las abadías y las catedrales: ellas fueron una obra conjunta del espíritu, de la sabiduría, de la técnica y del trabajo, todos armonizados en torno a una visión global centrada en Dios y en el hombre.
¿Cuándo se proclamó a San Benito es patrono de Europa?
El Papa Pablo VI proclamó a San Benito patrón de Europa en 1964 con la carta apostólica «Pacis nuntius». En ella manifiesta que la escribe a la luz del impulso que San Benito dio al consorcio de los pueblos europeos, a la ordenación de la Europa cristiana y a su unidad espiritual.
Juan Pablo II reafirmará en su Carta Apostólica «Egregiae virtutis», la misma declaración diciendo que «la Iglesia al recordar solemnemente el 1500 aniversario del nacimiento de San Benito, proclamado Patrón de Europa en 1964 por mi venerado predecesor Pablo VI, ha parecido oportuno considerar que esta protección sobre toda Europa destacará más si, a la gran obra del Santo Patriarca de Occidente, añadimos los méritos particulares de los Santos hermanos Cirilo y Metodio. En efecto, el año 480 nace Benito de Nursia, el fundador del monacato en Occidente. Los monasterios benedictinos configuraron la unidad de Europa, desde las costas mediterráneas a la península escandinava, desde Irlanda hasta Polonia.
¿Qué es la Regla de San Benito o la Santa Regla?
Inspirado por Dios, San Benito escribió un Reglamento para sus monjes que llamó «La Santa Regla» y que ha sido inspiración para los reglamentos de muchas comunidades religiosas monásticas. Muchos laicos también se comprometen a vivir los aspectos esenciales de esta regla, adaptada a las condiciones de la vocación laica.
La síntesis de la Regla es el lema «Ora et labora» (reza y trabaja), es decir, la vida del monje ha de ser de contemplación y de acción, como enseña el Evangelio.
Algunas recomendaciones de San Benito:
La primera virtud que necesita un religioso (después de la caridad) es la humildad.
La casa de Dios es para rezar y no para charlar.
Todo superior debe esforzarse por ser amable como un padre bondadoso.
El ecónomo o el que administra el dinero no debe humillar a nadie.
Cada uno debe esforzarse por ser exquisito y agradable en su trato.
Cada comunidad debe ser como una buena familia donde todos se aman.
Evite cada individuo todo lo que sea vulgar. Recuerde lo que decía San Ambrosio: Portarse con nobleza es una gran virtud.
El verdadero monje debía ser no soberbio, no violento, no comilón, no dormilón, no perezoso, no murmurador, no denigrador… sino casto, manso, celoso, humilde, obediente.
La medalla de San Benito
La medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con gran poder de exorcismo. Como todo sacramental, su poder está no en sí misma sino en Cristo, quien lo otorga a la Iglesia y por la fervorosa disposición de quién usa la medalla.
Descripción de la medalla:
En el frente de la medalla aparece San Benito con la Cruz en una mano y el libro de las Reglas en la otra mano, con la oración: «A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia«. (Oración de la Buena Muerte).
El reverso muestra la cruz de San Benito con las letras:
C.S.P.B.: «Santa Cruz del Padre Benito»
C.S.S.M.L.: «La santa Cruz sea mi luz» (crucero vertical de la cruz)
N.D.S.M.D.: «y que el Dragón no sea mi guía» (crucero horizontal)
En círculo, comenzando por arriba hacia la derecha:
V.R.S. «Abajo contigo Satanás»
N.S.M.V. «para de atraerme con tus mentiras»
S.M.Q.L. «Venenosa es tu carnada»
I.V.B. «Trágatela tu mismo».
PAX «Paz»
Indulgencias que se pueden ganar con la medalla de San Benito:
El 12 de marzo de 1742 el Papa Benedicto XIV otorgó indulgencia plenaria a la medalla de San Benito si la persona se confiesa, recibe la Eucaristía, ora por el Santo Padre en las grandes fiestas y durante esa semana reza el santo rosario, visita a los enfermos, ayuda a los pobres, enseña la Fe o participa en la Santa Misa. Las grandes fiestas son Navidad, Epifanía, Pascua de Resurrección, Ascensión, Pentecostés, la Santísima Trinidad, Corpus Christi, La Asunción, La Inmaculada Concepción, el nacimiento de María, todos los Santos y fiesta de San Benito.
Quienes lleven la medalla de San Benito a la hora de la muerte serán protegidos siempre que se encomienden al Padre, se confiesen y reciban la comunión o al menos invoquen el nombre de Jesús con profundo arrepentimiento.
Oraciones a San Benito Abad
Para pedirle su protección:
Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente.
Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías.
Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén.
Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas.
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Para rezar el día de su fiesta:
San Benito, Padre y Protector nuestro, tú no te antepusiste a nada ante Cristo desde que lo hallaste en la oración. Intercede para que también nosotros podamos encontrarlo y así vivamos en el amor del Eterno Padre y en la victoria de la Cruz de su Hijo. Que unamos nuestros sufrimientos a los de Cristo para la redención de nuestros pecados. Amén.
Oración a San Benito para pedir una gracia:
Señor Dios Nuestro, que hiciste al abad Benito, esclarecido maestro del Divino Servicio, concédeme por su intercesión la gracia que te pido. También te pido, que prefiriéndote a a ti sobre todos los lujos, avancemos por la senda de tus mandamientos con el corazón contrito, y rezando y trabajando
con amor como él hizo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Oración a San Benito para pedir una buena muerte:
¡Oh Dios!, que con tantos privilegios favoreciste la muerte del glorioso san Benito, concédenos que por la bienaventurada presencia de aquel cuya memoria veneramos, nosotros tus siervos, seamos defendidos en aquella hora de las asechanzas de los enemigos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.