Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes XX del Tiempo Ordinario. Mateo 19, 16-22
Creo que esta lectura Evangélica suele ser leída en clave moralista: dejar todo para seguir a Jesús. Y ser realmente buena persona. Y no seré yo quien se oponga a ello, por supuesto.
Ahora bien, creo que antes que dar una lectura de seguimiento al Maestro y, repito, no por ello falta de mérito, me gustaría captar una imagen más contemplativa: ¿qué imagen se nos quiere dar a través de esta lectura?
Yo iría más por el ver y contemplar al Maestro: es Jesús realmente quien deja todo y se entrega plenamente al proyecto del Padre para este mundo. Es contemplar a este hombre dedicado a vivir plenamente el amor a cada ser humano, siendo el amor su gran tesoro.
Contemplar hoy a Jesús como Dios entregado a su proyecto: un mundo de hijos y de hermanos.
Contemplar a Jesús, y pedirle el firme deseo de seguirle, de estar con Él, vivir como Él. Él, nuestro gran tesoro, centro de nuestra vida.
José Luis, vuestro Párroco