Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo XXI del Tiempo Ordinario. Mateo 16, 13-20
Un Evangelio para saborear y meditar: ¿quién digo yo que es el Señor? ¿quién es para mí?
Creo que hoy nos toca actuar y vivir un poco como Pedro: dejarnos llenar e inundar por Dios, que nos revela quien es Jesús, quién es Él mismo.
Responder hoy y ahora a esta pregunta supone antes leer despacio este pasaje evangélico, silenciarnos y dejar que resuene esta Palabra, y luego no tanto dar una respuesta teórica, sino vivencialmente dejar que el Espíritu aletee, habite en nosotros.
Dejar que Él esté en nuestra persona, en nuestro ser. Porque Él realmente habita en nosotros. En definitiva, contemplar y estar con el Señor.
Vivir hoy aquello que su Presencia nos hace sentir.
José Luis, vuestro Párroco