Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado XXII del Tiempo Ordinario. Lucas 6, 1-5
Creo que hoy el Señor nos presenta qué realiza en el ser humano la fe auténtica.
Tener una relación de confianza y de amor con el Señor es vivir la fe. O eso es la fe. La fe no es cumplir una serie de ritos, mandatos, normas, y creer en unas verdades. Si la fe no libera y da paz, entonces, algo falla. Cuando veo a un creyente angustiado en su vida religiosa, algo no encaja. Cuando el único criterio es la norma…
Porque Dios nunca es un juez con una lupa observandonos para distinguirr en qué fallamos, y castigarnos.
Tener fe es tener una relación de amor y amistad con Aquel que sabemos que nos ama.
Jesús hoy se manifiesta como el Señor del Sábado (para los judíos es el día del encuentro con Dios, el día de Dios), se manifiesta como Dios por tanto, y deja bien claro que el ser humano, la persona está por encima de todo, hasta por encima de normas que pueden esclavizar al hombre.
Contemplar hoy a Jesús como el Único Señor. El único que trae la salvación a todo ser humano. Aún cuando no caigamos en la cuenta, o hasta se le niegue.
Contemplemos hoy al Señor del Sábado, de la vida.
José Luis, vuestro Párroco