Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes XXIII del Tiempo Ordinario. Lucas 6, 39-42
Ser como el Maestro.
Creo que la clave de este pasaje evangélico está aquí: llamados a ser como el Maestro.
Nuestro mundo y nuestra psicología son complejos: personalmente me cuesta mucho aguantar las voces y chillidos de los que me rodean. No suelo aguantar malos gestos ni ningún tipo de agresividad por pequeño que sea. De hecho a veces constato que tengo pequeños, o grandes, resentimientos hacia personas que en algún momento han realizado algún gesto de agresividad, ironía o desprecio hacia mi persona.
Hoy el Maestro nos llama a ser como Él: antes de fijarnos en los «defectos» del otro, seamos conscientes de nuestra debilidad y fragilidad, y desde la comprensión, como el Maestro, vivamos y estemos.
Contemplar al Maestro como Aquel capaz de amar tal y como es al otro.
José Luis, vuestro Párroco