Para leer el Evangelio: domingo 18 octubre 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario.
Isaías 45, 1.4-6; salmo 95; 1 Tesalonicenses 1, 1-5b y Mateo 22, 15-21

La frase «Dad al cesar lo que es del cesar, y a Dios lo que es de Dios», casi vale para todo. E incluso para una buena demagogia.
Podíamos pensarnos qué es lo de Dios: lo que da dignidad, vida, paz, alegría, armonía… Tantas cosas.
Nuestra vida es un puro don de Dios. Y todo lo que la potencie es suyo… demos a Dios, es decir, a toda la Creación, que es realmente suya, todo lo que de nuestra parte potencie esa vida.
Es más, hoy Jesús se presenta en el Evangelio como aquel que «enseña el camino de Dios, y es sincero» (aunque se lo dicen para «endulzarle, vanagloriarle y pillarle»). Jesús es Aquel que, efectivamente, da a Dios lo propio suyo: Él da vida a su alrededor. Aprendamos de Él.
Qué hoy cuando celebremos la Eucaristía y comulguemos, tengamos la sana intención de, llenos de Jesús, en comunión con Él, llevemos vida a nuestro alrededor, a todo nuestro entorno.

José Luis, vuestro Párroco