Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves XXXII del Tiempo Ordinario. Lucas 17, 20-25
Hay un texto de San Agustín que me estremece hondamente: te buscaba fuera, y estabas dentro de mi.
El texto evangélico de hoy es increíble, hace referencia a la profundidad del Misterio que es Dios, del que nos faltan palabras e intelecto para entender y para hablar.
Nos dice el Señor que el Reino está en nosotros, pero que vendrá como un cómo un relámpago allí donde estemos, pero no de forma espectacular…es decir, dentro y fuera, en lo interior y en lo exterior, en lo discreto y en lo llamativo: Dios trascendente e inmanente. Dios que se nos escapa del todo de las manos, de nuestra limitada concepción, Dios que lo abarca todo, y es más «íntimo que nuestra propia intimidad»
En lo hondo de nuestro ser, Dios está..
¡¡¡ Cuántas veces le buscamos fuera, en las cosas, y está mucho más cerca de lo podemos pensar!!!
Y es el único remedio de nuestros males, de todo lo que nos agobia, y hasta nos quita la paz.
Respirar tranquilos, con paz. Dejar que el aire nos llene, inunde nuestra persona. Sentirle cerca, muy cerca. Buscar esa paz, y sentirle habitando en nuestro interior.
Estemos así ante Él y con Él.
José Luis, vuestro Párroco