Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves XXXIV del Tiempo Ordinario. Lucas 21, 20-28
Un texto muy apropiado para el momento que estamos viviendo.
La angustia, el temor, el miedo, el desconcierto, la muerte, todo lo que hoy estamos viviendo, parece reflejado en este pasaje evangélico.
Pero lo mejor está al final. Lo más auténticamente cristiano: el Señor sobre las nubes del cielo, el Señor que viene, siempre viene y está, y nos trae la salvación y la vida.
En mitad de la pandemia terrible que estamos atravesando, del desconcierto que nos traen nuestros dirigentes, de la inseguridad económica que tantas personas hoy viven, el Señor se nos presenta como el que viene sobre las nubes, por encima de todo mal, y nos llama a la vida. Es más, nos invita Él mismo a levantar la cabeza, está cercana nuestra liberación, nuestra vida.
Un día más, nos llama a la confianza en el Dios de la vida, en Él.
Hoy podríamos presentarle la terrible situación de nuestro mundo, con nuestros miedos y angustias, con nuestras pobrezas y limitaciones, y pedirle que nos aumente la confianza, la Fe, en Él. Contemplémosle como al Autor de la Vida. Sintámoslo muy cerca. Pongamos nuestra vida en sus manos, ofrezcámosle toda nuestra vida, don suyo. Pidamos hoy intensamente por aquellos que sufren más.
Como un niño en brazos de su madre, pongámonos en el Señor.
José Luis, vuestro Párroco