Para leer el Evangelio: jueves 10 diciembre 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Jueves II del Tiempo  de Adviento.  Mateo 11, 11-15

¿Qué significa acoger a Elías, y, por tanto, a Juan Bautista?

Elías es uno de los grandes profetas de Israel. El gran luchador frente al paganismo, en el siglo IX antes de Cristo.

Su vida y sus andanzas relatados en la Biblia, en el Antiguo Testamento, en el libro primero de los Reyes, están envueltas en un género literario legendario.

La clave de la vida de este profeta se encuentra en la llamada al pueblo de volver a la alianza, a la fidelidad a Dios, y abandonar los falsos dioses que comenzaban a resurgir en la vida del pueblo. Una llamada a la conversión tanto al pueblo, como al rey, en su tiempo Ajab, como hará Juan Bautista al convocar a todo Israel: «preparad el camino del Señor».

Por ello este Evangelio hoy nos llama a la vuelta al Señor, la conversión.

¿Qué hace Juan Bautista? Este hombre, que aún no conoce a Jesús, por ello es el mayor de los nacidos de la carne, llama a la conversión, y el mismo vive centrado en Dios, en su vocación. Aun no ha conocido la nueva Alianza, la propuesta de Jesús, pero orienta su vida hacia el Señor. Por ello será grande, muy grande.

Reorientar nuestra vida, poner nuestro ser en las manos de nuestro Dios.

Me gustaría hacer mención a la primera lectura de hoy (habitualmente solo me fijo a diario en el Evangelio), Is 41, 13-20: dice el profeta: «…no temas gusanito de Israel…oruga de Jacob…yo mismo te auxilio…» Podemos ser, y lo somos, insignificantes como un gusanito, como una oruga, pero el mismo Dios nos auxilia, y nos guarda en la palma de su mano. Leamos despacio este pasaje, y pongamos nuestro nombre en lugar de Israel o Jacob: nos dice a cada uno «no temas, yo te auxilio». Vivir la conversión es volver a sentir nuestro nombre dicho por los labios de nuestro Dios, que nos dice «yo te auxilio, no temas»

Vivid bien este día, en unión con nuestro Dios que nos auxilia y nos llena de vida.

José Luis, vuestro Párroco