Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes antes de Epifanía.
Lecturas: Juan 1, 35-42
Hay dos frases que me abren el sentido del texto: «¿Qué buscáis?» y «serían las cuatro de la tarde».
Primero la interpelación del Maestro. Jesús sin decir nada es presentado por parte de Juan Bautista,y unos hombres, inquietos, le siguen. ¿Cómo sería su relación con Juan?, ¿buscarían, seguramente, un sentido a su vida, qué es lo que desea Dios de ellos?
Ante las palabras del Bautista, esos discípulos siguen al Maestro. Se han fiado de Juan. El Señor les interpela, ¿qué buscan? Todos buscamos un sentido a la vida. Ellos lo encuentran viviendo con Él. Tanto que enseguida dicen «hemos encontrado al Mesías» ¿Qué buscamos?
En el Señor encontraron ese sentido fuerte de la vida. Tanto les impactó ese encuentro con Jesús que hasta se les quedó grabado la hora de encuentro con Él: las cuatro de la tarde. Juan Apóstol y Evangelista, uno de estos dos discípulos, vivió en este encuentro tanta intensidad que se le quedó grabado en su memoria hasta la hora de encuentro con Jesús.
Hoy el Señor nos mira, y nos pregunta «¿qué buscas?» La respuesta para mi es «quiero estar contigo, vivir contigo, estar a tu lado…porque solo Tú tienes palabras y mirada de vida» Deseo estar con el Señor. El puede llenar mi vida y dar sentido a todo lo que hago. Hasta el don de la familia, los amigos, las personas con las que convivo y me rodean, son realmente una fuente donde puedo encontrar al Maestro, y con las que Él me une más fuertemente, haciendo más intensa y rica mi unión con ellos, amandoles más intensamente. Toda la vida puede tener más sentido y amor estando unidos con Él.
En silencio, saboreemos este Evangelio y deseemos estar con Él, que seamos conscientes de que Él habita realmente en nosotros.
José Luis, vuestro Párroco