La Iglesia celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero de 2021. “Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia” (cf. Jn 15, 5-9), estas palabras de Jesús a sus discípulos son el lema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
los obispos de la Subcomisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso han hecho público un mensaje en el que destacan que la unidad de la Iglesia es necesaria para acercarnos a la unidad que Cristo quiere para todos. Así, afirman en su mensaje que «la unidad de la Iglesia no es fruto de nuestros consensos, de los acuerdos que podamos lograr entre confesiones cristianas, aunque esta búsqueda de acuerdo sea asimismo necesaria para acercarnos a la unidad que Cristo quiere para su Iglesia. Para que estos acuerdos sean eficaces y produzcan fruto es necesario que sean vividos y logrados por sus protagonistas como lo que de verdad son, obra del Espíritu Santo. De ahí que el ecumenismo espiritual tenga tanta importancia y deba ser valorado como verdadera intendencia de cuanto hacemos los cristianos de unas y otras confesiones por lograr la unidad visible de la Iglesia».
Los obispos concluyen su mensaje afirmando que «persisten dificultades, porque son obvias y no sirve no querer verlas. Por eso nos urge orar con intensidad y suplicar al Padre unidos, a la poderosa intercesión de Cristo, que antes de padecer oró por la unidad de sus discípulos, y proféticamente había anunciado a Pedro y los Apóstoles que el poder del abismo no podrá vencer a su Iglesia (cf. Mt 16, 18). Tenemos que confiar plenamente en la palabra de Cristo y mantenernos unidos a él, vid verdadera, porque son sus palabras: “Si permanecéis unidos a mí y mi mensaje permanece en vosotros, pedid lo que queráis y lo obtendréis” (Jn 15, 7). El fruto está vinculado a la fe en Cristo y a la permanencia en él. Todos nuestros proyectos de unidad para la Iglesia tropiezan con nuestro alejamiento de Cristo, y el Señor nos dice: “El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer” (Jn 15, 5). Así, pues, ante el Octavario de oración por la unidad de la Iglesia, a todos pedimos conversión a Cristo, encomendándonos recíprocamente para que podamos cumplir en nosotros su voluntad y se haga realidad la unión de los cristianos en Él».