Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves semana II del Tiempo de Cuaresma.
Lecturas: Lc 16, 19-31
Me gustaría quedarme hoy en un pequeño detalle, seguramente la causa de la condenación del rico: «si no escuchan a Moisés y a los profetas…»
Un hombre rico que no es capaz de ver a quién tiene muy cerca. Un ser humano centrado solo en sí mismo e incapaz de darse cuenta de quién le rodea.
Tal vez a veces seamos así: no nos damos cuenta de cómo están los que están cerca (mucho menos el drama humano de los lejanos, y no solo el drama económico o social, estos también, sino también el humano…) Tal vez a veces tengamos incapacidad para escuchar la Palabra que nos remite siempre a cuidar a los más desfavorecidos.
Hoy el Señor nos llama a estar a la escucha, dejarnos interpelar por Él, y vivir y actuar.
¿Quién es el hombre realmente abierto a Dios y a los demás, el que ve más allá de la pura y mera corporeidad o apariencia? Por supuesto, Jesús el Señor.
Por ello hoy es urgente dejarnos empapar y llenar por Él. Para saber vivir, saber amar.
José Luis, vuestro Párroco