Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes semana IV del Tiempo de Cuaresma.
Lecturas: Jn 43-54
Es una versión de la curación del hijo o siervo del centurión.
Ante la regañina de Jesús, el funcionario insiste: parece que el Señor llama la atención, pero este pobre hombre movido por el amor y la necesidad, insiste.
Creo que así es el corazón de Dios: parece que no escucha, o no oye, o hasta nos «llama la atención», pero si oye y escucha…y actúa. Se deja invadir por la angustia del ser humano, y obra.
¿Cómo es el Dios que hoy se nos revela en Jesús?
Es un Dios que se hace presente en a vida, vuelve a Galilea después de «haber triunfado» en Jerusalén.
Es un Dios asequible, que escucha a este hombre que le busca.
Y es un Dios que escucha, y actúa salvando, curando a este niño, aunque no le vea, y antes haya llamado la atención al funcionario, padre del niño.
Hoy se nos llama a contemplar así a Jesús: sencillo, asequible, humano, fraterno, servicial… Se nos llama a dejarle un lugar en nosotros, y a estar con este Dios que sabemos que nos ama. Estar y habitar con Él en el silencio, en la calidez de nuestra acogida.
José Luis, vuestro Párroco