Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes semana V del Tiempo de Cuaresma.
Lecturas: Jn 8, 21-30
«Soy de arriba» y «el que me envió está conmigo»
Me sorprende esta doble declaración de lo que dice de mismo el Maestro.
Hace tiempo escuché en un retiro algo que me sorprendió: fijos nuestros ojos en Jesús Crucificado y Resucitado.
No me canso nunca de repetir el poner los ojos fijos en Jesús. Tomas de Aquino (escuché hace ya más de treinta y cinco años estás palabras), decía que había aprendido mucho más de Dios contemplando un Cristo que por muchos libros de filosofía y teología que leyera…
Por eso se nos invita a fijar nuestros ojos en Jesús. Como Él mismo dice: «cuando levantaréis al Hijo del Hombre»
Hoy al leer este pasaje evangelico se nos invita a poner nuestros ojos en Jesús. Y a descubrir una vez más a Aquel que viene de lo alto, en comunión profundísimo con ese Misterio de Amor que es el Padre, y que viene porque desea que tengamos la vida plena, la vida que brota de Él.
Contemplémosle en silencio. Un silencio lleno de amor.
José Luis, vuestro Párroco