Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes Santo.
Lecturas: Jn 12, 1-11
Jesús hoy se nos muestra de una firma singular: metido profundamente en la realidad humana de su tiempo (en una comida con los amigos, con aquellos a quienes quieres y aprecia), se deja querer (no es un santo extravagante, huraño, áspero), acepta con cariño un gesto de amor, y defiende a María de Betania.
A la vez se manifiesta como la fuente de la vida: está con Lázaro, al que ha levantado de entre los muertos.
Próximos ya a celebrar la Pasión del Señor, hoy nos llama a contemplar al Maestro en toda su humanidad, con todo su corazón de amor. Contemplar realmente al Dios hecho hombre con toda su intensidad y profundidad. Contemplar al hombre divinizado, el hombre lleno de amor, Jesús, inmerso en la condición humana. Dediquemos un tiempo a estar con Él
José Luis, vuestro Párroco