Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana IV del Tiempo de Pascua.
Lecturas: Hch 4, 8-12, Sal 117, 1 Jn 3, 1-2, Jn 10, 11-18
Domingo del buen Pastor.
Hoy se nos convoca a contemplar al Señor como el Pastor bueno.
Él es el único que nos puede salvar, que nos llama a la vida plena, a ser semejantes a Él,que nos refine y nos salva en todos los aspectos de nuestra persona, de nuestro ser.
Me gustaría destacar del Evangelio los cuatro aspectos que nos dice hoy:
Da la vida por nosotros; tiene con nosotros una profunda intimidad («nos conoce», con ese sentido bíblico de intimidad), y desea que tengamos esa intimidad con Él; da la vida porque Él quiere, por un profundo amor a cada persona, y no se queda en un grupo de gente (por grande que sea), sino que toda la humanidad, cada hombre, cada mujer, es llamado a firmar parte de esa gran familia.
Hoy se nos llama a contemplar a este Gran Pastor.
Y si Él nos ama y nos cuida, llamados también a cuidar de los demás.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco