Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana IV del Tiempo de Pascua.
Lecturas: Jn 14, 1-6.
Estás palabras son realmente un bálsamo para nuestro ser, si fuéramos capaces de creer.
Del principio al fin de este pasaje Evangélico todo está lleno de Espíritu, ungido por Él.
Por eso más que para la meditación, estás palabras son para dejarlas que nos calen hondo, que nos inunden.
Creer, confiar, ponernos en sus manos, engancharnos de Él…
Saborear el «no temáis», sentir que estamos en las manos de Aquel que es vida…
Jesús se nos manifesta como el camino, el modelo para nuestra forma de ser (en un mundo muy convulso cómo es el nuestro), la verdad, la luz, el amor, y la auténtica vida.
Estemos con Él.
Metámonos en Él.
Pidamos la gracia de estar con Él, ser en Él, que Él sea en mi.
Solo haciendo silencio interior y exterior podremos estar en el corazón de nuestro Dios, saborear su vida y su amor.
José Luis, vuestro Párroco