Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana V del Tiempo de Pascua.
Lecturas: Hch 9, 26-31, Sal 21, 1 Jn 3, 18-24, Jn 15, 1-8
El mensaje de hoy es fundamental: no somos nada sin la conexión con el tronco de la vida. No somos nada sin la conexión con Dios.
El libro de los hechos nos presenta a la comunidad cristiana primera que desconfía de Pablo, pero que en la medida en que vive unida al Señor, aunque sea a través de algunos testigos como Bernabé, es capaz de cambiar, y dejar que Dios actúe en todos, creciendo como Iglesia, comenzando por el mismo Pablo.
San Juan su carta vuelve a insistir: creed, fiaos de Dios, permaneced en Él, Él es la fuente de la vida.
Jesús es mucho más explícito y directo: permaneced en mí, y daos cuenta de sois parte mía, y por vuestro interior trascurre mi propia savia, mi propio ser.
Vivir y permaner unidos a El. Sentirle cerca, muy cerca, en nuestro interior, y siendo como somos, saber que en verdad somos parte auténtica de Él.
Estemos en silencio con Él.
José Luis, vuestro Párroco