Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana V del Tiempo de Pascua.
Lecturas: Jn 15, 18-21.
En el Evangelio de San Juan, la palabra mundo equivale al mal: con esa palabra, la comunidad de Juan (Éfeso, en el mundo oriental del Imperio Romano, con una cultura muy notable en distinguir lo material de lo espiritual; lo material, símbolo de lo malo, y lo espiritual, lo bueno), designa aquello que es malo. En nuestras concepciones actuales sabemos que no es así. Pero en el momento en que se escribe este Evangelio, el autor así lo sitúa. Con lo cual al leer este pasaje, podemos entender que lo que «mata» al ser humano, y le lleva la perdición es lo contrario a lo propuesto por Jesús. Por eso rechaza al Maestro.
Jesús hoy se nos muestra como Aquel que busca lo bueno para el hombre, y le desea plenitud de vida. ¿Elegimos hoy está plenitud? , ¿cuándo andamos con dificultades, somos de los que hemos optado por el Señor, y sabemos el porqué de estas dificultades?
Hoy se nos convoca a contemplar al Maestro, y a desear estar con Él, con dificultades o no. Estar con Él. Él, la única fuente de la vida.
José Luis, vuestro Párroco