Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana IX del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 12, 35-37
Un Evangelio chocante, pero que nos puede sumergir en el misterio de Dios.
David, efectivamente, es «antepasado de Jesús», y sin embargo lo declara como Señor, le reconoce como más que él.
Creo que el Señor habita en cada uno de nosotros. Habita y nos envuelve, es inmanente y trascendente. Es increíble. Todo nuestro ser está en Dios. Dentro y fuera.
Igual que David reconoce a su sucesor como su Señor, es curioso, igual reconocemos esa grandeza especial, muy especial, de nuestro Dios.
Es un Evangelio que nos invita a hacer silencio interior, a dejarnos conscientemente invadir por Él, y a sentir que llena toda nuestra vida, interna y externa. El Dios siempre mayor.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco