Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes semana XI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: M5, 38-42.
Este texto representa la gran opción moral del Evangelio: dar y hacer siempre el bien, hasta respondiendo al mal. Realmente es la no violencia que Ghandi nos va a presentar veinte siglos más tarde; es la propuesta a vivir el amor por encima de todo.
¿Quién es capaz de vivir este mensaje realmente? Jesús es el gran modelo y referente a vivir estás palabras. Él las vivió como nadie.
Por esto suelo insistir mucho en contemplar al Señor: Él es quién realmente vive lo que dice; su vida, su acción, sus actitudes, están unidas profundamente a sus palabras. Una coherencia total y perfecta.
Contemplar hoy a Jesús es contemplar a Aquel que realmente devuelve bien por mal, presenta la otra mejilla, devuelve y da amor a todo ser humano.
Si os dais cuenta, dice «se os dijo, pero yo os digo»: hace referencia a la ley dada por Dios en el Sinaí. Se atreve a modificarla, y llevarla a plenitud. Se sitúa al mismo nivel que el propio Dios. Por ello, contemplar a Jesús, es contemplar al mismo Dios. Estemos con Él, y dejémonos llenar por Él. Vayamos siendo poco a poco como Él.
José Luis, vuestro Párroco