Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes semana XI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 5, 43-48
Seguimos en el sermón del monte, donde el Señor nos va proponiendo su proyecto del Reino, digamos que su propuesta de moral o de comportamiento, donde propone además su escala de valores.
El texto de hoy es bellísimo e impresionante: la referencia de nuestra forma de ser, nuestro gran modelo es ni más ni menos que el mismo Dios: llamados a ser como Dios.
Jesús es realmente la persona que vive estos valores. Mejor dicho, su ser, su persona, es puro amor, y como tal vive el perdón y la aceptación y acogida de cada ser humano, de cada hombre o mujer, de cada uno.
Hoy se nos convoca a contemplar este Evangelio, a contemplar al Señor, y a dejarle que nos cale hondo, muy hondo. Descubramos a Jesús un día más, y descubramos al Padre. Llamados a ser hijos de Dios, y, por tanto, como nuestro Padre, bueno con todos.
Pidámosle la gracia de descubrirle en nuestro ser, e ir siendo como Él.
José Luis, vuestro Párroco