Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana XII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 8, 1-4.
Me apasiona este pasaje: Jesús y el leproso.
Me gustan las actitudes del Señor y las del enfermo: este se acerca, reconoce quién es aquel que tiene delante, se postra y le pide: «si quieres…» Es realmente conmovedor y entrañable.
El Señor dice pocas palabras, pero llenas de una gran ternura. Además, se somete a la ley, a la costumbre: «…ve al sacerdote…»
Es un pasaje para leer, releer y visualizar. Primero verlo como una película (imaginándolo, diría San Ignacio), y después, metiéndonos dentro, contemplando a uno y otro, y dialogando con Jesús: «dame, Señor, las actitudes de este hombre, que me acerque a ti como se acerca él…». Estemos con el Señor.
José Luis, vuestro Párroco