Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XIX del Tiempo Ordinario.
Lecturas:1 Re 19, 4-8, Sal 33, Ef 4, 30 – 5, 2. Jn 6, 41-51
La frase que dice el ángel a Elías nos podría valer para saborear esta Palabra: «levántate y come…» Y continua el autor sagrado: » con la fuerza de ese alimento , llegó hasta la montaña santa», es decir, llegó al encuentro con Dios.
Al ser humano nos hace falta el alimento para vivir. No podemos vivir sin comer. Pero, además, hay otro alimento totalmente necesario: el deseo de plenitud de vida, de darle un sentido a nuestra vida, que va más allá de lo material. Cuando Jesús habla de que Él es el pan de vida, el pan que baja del cielo, se refiere a ese deseo de plenitud y sentido, que podemos encontrar en Él: Él nos puede dar esa plenitud ansiada por nosotros.
Hoy podemos saborear esas palabras que antes os indicaba, estar en silencio con Dios (gustad y ver qué bueno es el Señor), sentir la llamada que decía San Pablo de vivir el amor como Cristo, y pedirle que El sea el alimento que nos mantenga vivos.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco