Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana XIX del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 19, 13-15.
La Palabra de Dios hoy va más allá, como suele suceder. Hoy el evangelista nos presenta al Señor como Aquel que elige, opta, defiende a los más débiles, en este caso, los niños, y los bendice.
Para los mundos grecorromano y judío del tiempo de Jesús, los niños no contaban absolutamente para nada (como hoy una persona en gestación, no cuenta, no es ni un ser humano ni la posibilidad de serlo), y, como hoy un aborto, podían ser eliminados sin ningún tipo de contratiempo: por ejemplo, en tiempo de escasez o de guerra, se podía matar a un niño, y no pasaba nada: eran una propiedad del marido. En el mundo clásico grecorromano, cuando un bebé nacía, si el padre decidía que no le quería, simplemente se dejaba tirado en la calle: el calor o el frío o los animales callejeros daban cuenta enseguida de ellos…
Jesús es tremendamente claro: los niños, los más indefensos, los que no cuentan, son los primeros.
Nos propone ser como ellos: vivirlo todo como un regalo, como un don. Y nos propone ser como Él: defender, elegir, cuidar, a los más débiles, a los más indefensos, a los más pobres…
Contemplemos hoy a Jesús. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco