Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XXII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 4, 38-44.
Me gusta una frase de este mensaje: se puso a su lado, de pie, e increpó a la fiebre…
El Evangelio de hoy se llama en términos teológicos, bíblicos y exegéticos, «sumario». Es decir, en pocas líneas se nos presenta el triple oficio de Jesús: el Señor enseña (predica) o habla en nombre de Dios, es profeta; el Señor sana, sirve (cura a los enfermos), en definitiva, sirve, es rey, transforma el mundo desde el servicio y la ayuda; y el Señor es sacerdote: busca un sitio tranquilo, a solas, para estar con el Padre, es sacerdote, accede al Padre, al Misterio de la vida.
Descubrimos así las tres dimensiones de la vida de fe: los cristianos nos identificamos con Jesús: somos por nuestro bautismo sacerdotes, profetas y reyes.
Por ello tiene sentido hoy contemplar este Evangelio: descubrir cómo es Jesús, para ir siendo como Él. Y hoy sentirle, como la suegra de Pedro, de pie, a nuestro lado, con nosotros.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco