Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XXXIII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 19, 11-28.
Habitualmente no me gusta este Evangelio por la posibilidad de voluntarismo que puede dar: puede parecer que «tenemos» que poner en juego nuestros dones y capacidades.
Sin embargo, creo que lo podemos ver de otra forma: todo lo que somos y tenemos es un don de Dios. Vivamos de forma gratuita y alegre esos dones.
Los dones que tenemos, la misma vida, son todos un regalo de Dios. Tal vez podemos caer en la cuenta de ello, agradecerlo, y utilizarlos para hacer felices a quienes nos rodean. Eso es optar por el Reino. Jesus así lo vivió.
Pidamos en silencio al Señor que lo descubramos, como lo hizo el Maestro.
José Luis, vuestro Párroco