Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XXXIV del Tiempo Ordinario: Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Lecturas: Dan 7, 13-14, Sal 92, Ap 1, 5-8, Jn 18, 33-37
Hoy se nos invita a contemplar a Jesús, Rey de la Creación, del Universo.
Para mi es bastante normal vivir a Dios como la fuente de la vida. Una de mis imágenes favoritas de Dios es justamente esa: Dios la fuente y el manantial de donde brota la vida; una vida que brota y que se mantiene en Él. Sin Él, no hay vida.
Creo que aceptar al Señor como Rey del universo, como centro de la creación, como alma o corazón de todo, es vivir esta fiesta.
Como indica el Evangelio, la vida es la verdad: todo aquello que nos aparta de la vida es mentira. Dios es la gran verdad. Descubrir a Dios como centro de la vida es vivirlo como rey. Jesús es el gran testigo de la verdad, la vive como nadie, está unida a ella como nadie.
Podemos utilizar diferentes metáforas e imágenes, como las usadas en las dos lecturas, pero, en definitiva, hoy se nos propone vivir al Señor Jesús como el centro, el alma, de toda vida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco