Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves, día 6º de la octava de Navidad. Ciclo C
Lecturas: Lc 1, 36 – 40
Seguimos contemplando la presentación del Niño en el templo.
Ahora la protagonista es Ana. Igual que Simeon, es una buena mujer, mayor, con un agravante: viuda, sin apoyo de varón, y con toda una vida de soledad.
Esta mujer, de los que no cuentan ni valen para el mundo judío de tiempos de Jesus, sin embargo, busca a Dios, y es capaz de reconocer al Mesías en un bebé. Vive y anuncia esta gran noticia a los que aguardan la salvación y liberación de Israel.
Hoy podemos contemplar al Dios que se hace cercano, próximo, y que viene a traer la salvación a todo aquel que le busca, que le aguarda, de forma sencilla, sin prepotencia, y que sabe que aunque no sea de los «importantes», Dios viene para ellos. Y viene a traer la vida, la salvación.
En lo sencillo y humilde, como en un niño que crece y se desarrolla, Dios está.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco