Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves semana III del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 4, 21-24
Un texto donde parece que Jesús nos da un consejo y nos manda una advertencia.
Pero creo que más allá de aconsejar, el Evangelio nos vuelve a revelar como es Jesús.
¿Quién utiliza para con los demás una medida grande, de amor, inmedible?
Él es la luz que descubre quién somos, que ilumina nuestras tinieblas, y da paz a nuestros miedos.
Para Él todo es luz, y nos da su luz. Nada hay en lo más hondo de nuestro ser que no llegue a saber. Y sin embargo, Él jamás supone una amenaza, un miedo a nuestra vida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco