Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes de la semana I de Cuaresma. Ciclo C.
Lecturas: Mt 5, 20-26
Un Evangelio muy exigente.
Jesús es una persona en la cual su palabra y sus actitudes coinciden: dice y hace lo que siente, no como los fariseos y escribas de su tiempo. Es el hombre de la autenticidad, de la plenitud de vida. Por ello su propuesta de vida (su moral, su forma de ser y actuar) se encuentra en la búsqueda y cuidado de toda vida, de toda relación. Es buscar y cuidar la vida intensamente, desde la raíz.
Y en el caso de que en algún momento no podamos, propone como estilo la reconciliación. Nos conoce bien, sabe cómo y quién somos.
Jesús, el hombre reconciliado con Dios y con los hermanos.
Podemos ver hoy en este pasaje evangélico una auténtica imagen de Jesús: verdad, autenticidad, perdón y vida radical, desde lo más hondo de su interior.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco