Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la semana II de Cuaresma. Ciclo C.
Lecturas: Lc 16, 19-31
Una parábola estremecedora. Pero más que quedarnos en lo anecdótico o hasta morboso, me gustaría descubrir parte del mensaje que se nos da, y volver a admirar cómo es la persona de Jesús.
El Señor es alguien muy atento a lo que ocurre así alrededor. Recordamos como fue capaz de notar que alguien le tocaba cuando estaba rodeado, y casi estrujado, entre la gente, cuando le avisaron para ir a visitar a la hija de Jairo. Jesús está muy atento a lo que acontece a su alrededor, y da respuesta a ello desde la comprensión y el cariño. El rico es incapaz de caer en la cuenta de la presencia del pobre Lázaro. Aunque esté a su puerta.
A la vez, el Maestro nos invita a la escucha: no hace falta ver algo espectacular para reaccionar, como la visita de un muerto, sino vivir la capacidad de escucha de la Palabra (Moisés y los profetas, dirá el relato).
Dios en el camino de la vida nos invita a través de esta narración de Jesús a descubrirle un día más: el Señor es Aquel que está atento a lo que ocurre en torno a si, y a vivirlo desde la escucha de la Palabra. Vivamos como y con Él.
José Luis, vuestro Párroco