Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Pascua de Resurrección del Señor.
Lecturas: Hch 10, 34-43; Sal 117; Col 3, 1-4; Jn 20, 1-9.
Realmente hoy es un día para contemplar y admirar al Señor Jesús.
Como indica Pedro en la primera lectura, «pasó haciendo el bien… el Padre le resucitó de entre los muertos». Un misterio al que somos invitados por Pablo a buscar y descubrir: «busquemos los bienes de arriba».
Y un misterio que nos lleva a una «tumba vacía», el Crucificado no está ahí.
Hoy tendríamos que sacar un rato, tal vez ahora al atardecer, y en silencio leer despacio estas palabras. Leerlas y dejarnos empapar por lo que se nos cuenta: Jesucristo el Señor, vive para siempre. El Padre que le levanta de entre los muertos, válida así su vida (vale la pena vivir como Él), y nos recuerda nuestra vocación: llamados a la vida plena junto a Él. Jesús va por delante.
Estemos con Él. Pidamos que nos aumente la fe.
José Luis, vuestro Párroco