Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana XII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 8, 5-17
Creo que hoy se nos presenta un Evangelio para contemplar y orar.
Ante el encuentro con el centurión (con todo lo que significa un centurión en un país ocupado por Roma, un hombre de armas, violento, y un pagano no judío), Jesús le mira de diferente manera: ve una persona que le pide ayuda y que ama. Ama a alguien inferior, un criado.
Hoy podemos contemplar esa mirada de Jesús: el Señor sabe ver, sabe mirar de forma diferente. Y se admira por lo que ve.
A la vez, efectúa gestos de sanación: la suegra de Pedro (la toma de la mano), y a muchos «endemoniados», afectados por el mal, a los que Él salva.
Hoy podemos contemplar así a Jesús: Dios que nos mira profundamente, con cariño, que se admira por nosotros, que nos salva del mal.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco