Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XIII del Tiempo Ordinario.
Día 29 de junio, fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Lecturas: Mt 16, 13-19.
La fiesta de los Santos Apóstoles siempre me conmueve. Personas como nosotros, con sus limitaciones y capacidades aceptados y queridos por el Señor.
Hoy en este Evangelio que relata ese encuentro de Jesús con Pedro en mitad del grupo apostólico podemos descubrir un día más cómo es nuestro Dios.
El Señor está interesado por saber cómo se le percibe, y cuestiona ante estas percepciones. Sin invadir, sin agresividad. El Maestro ante el ser humano, Pedro, abierto al Padre se admira y le bendice. Y el Señor que confía en el hombre, aún sabiendo que es limitado (bien conoce a Pedro), y le entrega su propia misión.
Hoy podemos contemplar este Evangelio, leerlo y saborearlo en silencio, y vivir que hoy Jesús nos plantea a cada uno cómo le percibimos, cómo le vivimos, confía en nosotros, nos entrega su misión, y nos pide que estemos realmente abiertos al Padre, abiertos a Él.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco