Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XIV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Is 66, 10-14, Sal 65, Gal 6, 14-18, Lc 10, 1-12.17.20
Estamos ante el discurso de misión de Lucas. Jesús da instrucciones a sus discípulos sobre como debe ser su misión en este mundo.
Si leemos despacio el Evangelio podemos descubrir cómo es Jesús: es Él mismo quien desea la paz, y quién vive su servicio a las personas desde el deseo de paz, de curación, de anuncio del Reino allí donde va. Si nos propone tener ese estilo es porque es su mismo estilo, su misma forma de ser.
Descubrimos así a un Dios que propone y desea la paz, que sana y cura, y que anuncia «su reinado»: un mundo donde vivimos como hijos suyos, y hermanos unos de otros.
Isaías lo propone muy bien: nos llevará como un buen pastor sobre sus brazos, nos acariciará en sus rodillas, y nos dará la vida.
San Pablo en su carta, nos habla acerca de que somos criaturas nuevas.
En definitiva, podemos contemplar cómo es Jesús, que nos llama a ser como Él, y a participar de su propia misión. Solo identificándonos con Él, podremos llevar su mensaje a los demás. E identificarnos con Él es vivir su amor, es dejarnos amar por Él, y es ser nuevas criaturas.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco