Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XVI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 13, 1- 9.
La parábola del sembrador, creo, es muy conocida. Tanto que pienso que cualquiera de nosotros la podría recitar de memoria. Y a la vez, describir que acoger la Palabra, la semilla sembrada por el sembrador, da fruto.
Me gustaría quedar hoy en el preámbulo de la parábola: Jesús salió, se sentó, buscó un sitio para poder enseñar, y enseñó…
Nuestro Dios no se queda en casa, encerrado, ni en su templo, ni en una de nuestras salas de reuniones, sino que sale al encuentro de la vida, a nuestro encuentro; es un Dios que busca como comunicarse con nosotros, y, si hace falta, hasta rectifica para poder llegar a nosotros; y, por último nos cuenta parábolas, como hoy, nos enseña, y da un sentido a nuestra vida.
Hoy nos pide contemplarle, darnos cuenta de cómo es, y sentir que nos sale al encuentro.
¿Qué nos pide hoy? Ser como la tierra que acoge la semilla, acogerle a El.
José Luis, vuestro Párroco