Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana XVI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: evangelio según san Juan (20,1.11-18)
Día 22 de julio, fiesta de Santa María Magdalena
Un Evangelio bellísimo para contemplar y vivir: visionario, repasarlo, saborearlo…
Una mujer que ama, quiere, busca, hundida en la noche del dolor: ha visto como a la persona que más ama en este mundo, tal vez la única persona que la ha tratado como a un ser humano, la han prendido, torturado y ejecutado. Está rota y hundida por el dolor, está aún en la noche, en la angustia más honda y profunda.
Tan rota que ni una aparición de ángeles la sorprende.
Jesús se deja encontrar, se hace ver, se va haciendo notar…y la mujer le descubre cuando la llama por su nombre…
El Señor hoy también se acerca a cada uno de nosotros, aun cuando estamos en la noche del dolor, en la oscuridad… El está y nos llama a cada uno por nuestro nombre, sabe quién somos, y nos ama intensamente, como a aquella mujer.
Hoy podemos contemplar este pasaje, ponernos en el lugar de Magdalena, y sentir que hoy Jesús nos llama, sabe quién somos, y nos quiere.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco