Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XVII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 13, 44-46.
Para mi una de las parábolas mas impresionantes y significativas por la intensidad de su contenido. Muy sencilla y muy profunda.
De una forma muy sencilla, Jesús nos presenta la maravilla que es la propuesta de Dios, su Reino. Todo lo que podamos entregar por el Reino nunca vale más que lo conseguido, lo dado por Dios. Nuestras perlas son insignificantes al lado de la gran perla de gran valor.
Jesús es la persona que ha descubierto como nadie la inmensidad del amor del Padre, de forma que toda su vida es una entrega radical para vivir ese amor.
Hoy se nos llama a descubrir una vez más la gran propuesta del Reino, que es la presencia de Dios en nuestra vida, y a pedirle gracia para ponernos en camino, en actitud de conseguir y vivir esa presencia. Igual que hizo Jesús.
Podemos leer esta parábola, y contemplar esa perla. Pidamos enamorarnos de ella. Estemos con Dios.
José Luis, vuestro Párroco