Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XIX del Tiempo Ordinario.
Día 10 de agosto, San Lorenzo, diácono y mártir.
Lecturas: Jn 12, 24-26.
«Donde esté yo, allí estará también mi servidor». Unas palabras entrañables.
En la fiesta de un mártir como San Lorenzo, es bueno descubrir la presencia del Señor en la vida de su testigo. ¿Qué vivencia de Jesús tendrían sus mártires, y hoy concretamente San Lorenzo, para entregar su vida por vivir como cristianos, unidos a Él.
Vivir hoy el recuerdo de esta persona, nos lleva a desear vivir unidos al Señor. Él es el único que nos puede llenar de vida, el único que nos da la plenitud. Las dificultades de cada día, que tanto nos agobian y nos angustian, pueden pasar a un segundo plano en la medida en que estemos unidos a Él. No nos las va a arreglar, pero si nos puede ayudar a vivirlas de manera bien distinta, desde la paz.
Contemplar a San Lorenzo es contemplar a alguien que se ha dejado llenar por Jesús.
El Señor nos está pidiendo a cada uno que nos dejemos llenar por Él. Dejarnos invadir por Él para vivir como Él, amar como Él, actuar como Él, entregarnos por amor cómo Él. El grano de trigo que muere y da fruto.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco