Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana XIX del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 19, 3-12.
Hoy el Señor se revela criticando la terquedad o dureza de corazón de estos fariseos.
Ante lo que le plantean estas personas, Jesús no va a hablar solo de los «fracasos matrimoniales», podríamos decir, si no que va a la raíz de ello: la dureza de corazón. No se puede vivir el amor si mantenemos una férrea dureza de corazón o terquedad.
Jesús es el hombre abierto a Dios, abierto a vivir el amor; por ello rechaza esa dureza. Dios mismo no la acepta.
Si mi Dios es así, ¿cómo tendría que ser yo?
Podemos leer este Evangelio, y descubrir un día más como es Jesús. Y estar con Él y pedirle que nos cambie y transforme a imagen suya.
José Luis, vuestro Párroco