Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes XXIV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 7, 1-10.
Este encuentro me seduce realmente.
Ante el Señor hoy se presenta un centurión: todo lo contrario a un hombre «honorable» para el mundo judío, el mundo de Jesús.
Este hombre es un no judío, pagano, un mando y oficial de las fuerzas de ocupación, un militar, un hombre violento, tal vez con capacidad para reprimir por la fuerza cualquier expresión de los habitantes ocupados por Roma, y tal vez con tendencia a la opresión.
Sin embargo se presenta ante el Señor: de forma humilde, confiada, pidiendo, suplicando. Con fe. Y Jesús se deja vencer. Es tremenda la humanidad de Jesús. Una humanidad «divina».
Hoy podemos imaginar y visionar este relato, imaginar a Jesús, su encuentro con este soldado, «oír» su diálogo, descubrir la admiración del Señor, en definitiva, introducirnos en el relato, vivir en él.
Dejémonos tocar por Jesús, impresionar por Él, por sus reacciones…estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco