Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles XXV del Tiempo Ordinario.
Día 21 de septiembre, fiesta de San Mateo, Apóstol y Evangelista.
Lecturas: Mt 9, 9-13.
Un Evangelio para leer, escuchar a Jesús y visionar.
Podemos hoy descubrir cómo es el corazón del Maestro en las diferentes palabras y acciones de Jesús durante este pasaje.
Jesús hoy se revela como el Dios inmerso en la vida, atento al quehacer de cada persona, que invita al seguimiento, a estar con Él, y a la identificación con Él. Por ello llama a esta persona en mitad de su «trabajo».
A la vez, vuelve a seguir inmerso en la vida: entra en su casa, está con sus amigos y parientes, comparte con todos su vida.
Por último, nos muestra su corazón compasivo: «deseo misericordia, y no sacrificios»
Un gran pasaje para contemplar al Señor. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco