Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes XXIX del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 12, 13-21.
Un Evangelio que podemos utilizar «como un espejo», es decir, nos podemos reflejar en él.
Creo que puedo afirmar que este pasaje evangélico nos hace plantearnos donde está puesto nuestro, mi, corazón.
Este Evangelio nos revela donde Jesús tiene puesto su corazón: en el Padre. Por ello nos puede aconsejar «guardaos de toda forma de codicia», es decir poned el corazón tan sólo en Aquel que os puede salvar. Igual que lo tiene Él. La parábola que hoy nos cuenta así nos lo indica.
Hoy podemos contemplar al Maestro con su corazón puesto en Dios, en nada más. Pidámosle que en mitad de nuestras prisas y cosas, como Él, pongamos nuestro ser en el Padre.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco