Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes XXXI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 16, 1-8.
Una parábola «chocante». Parece que el Señor alaba al administrador injusto, aunque no es así.
Jesús nos pone en guardia hacia la astucia del mal, pero también podemos encontrar como una vez más se revela algo de si mismo: es capaz de mirar y contemplar la realidad que le rodea, y de ver que la astucia, y tal vez las cosas poco claras del mal habitan y están entre nosotros. Jesús mira, y se da cuenta de qué es aquello que le rodea.
Hoy podemos contemplar así a Jesús: el hombre consciente de aquello que le rodea.
Estemos con El, y pidámosle capacidad para ver. Para ver y actuar como Él.
José Luis, vuestro Párroco