Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes I del Tiempo de Adviento.
Lecturas: Lc 10, 21-24.
En nuestro camino hacia la Navidad, y como actitud fundamental de Adviento, hoy Jesús se revela como el hombre lleno de Espíritu.
Está tan lleno del Espíritu de Dios, que su acción de gracias no es por si mismo, sino por como el Padre se revela, y a quien: a aquellos que ponen en Él su corazón.
Jesús mismo es Aquel que pone su vida del todo en las manos del Padre. Por ello vuelve a revelar su plena y total comunión con el Misterio, con Dios. Descubrir esto, y vivirlo es un gran don, algo que ni profetas ni reyes han vivido.
Hoy podemos contemplar a Jesús, oír estas palabras en sus labios, y admirar al Señor. Pidamos ser como Él, estás siempre unidos a Él.
José Luis, vuestro Párroco