Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles I del Tiempo de Adviento.
Día 30 de noviembre, San Andrés Apóstol.
Lecturas: Mt 4, 18-22.
Hoy el Señor en esta Fiesta de San Andrés se nos revela como el Dios que camina y está con nosotros, con cada uno de nosotros.
Jesús está en la vida cotidiana, en el trabajo diario y rutinario de cada día. Es en mitad de la vida donde Él llama. Así le ocurre a Andrés, y a Pedro, su hermano, y a Juan y Santiago, sus compañeros de fatiga.
También se nos revela la total libertad del Maestro: elige a quien quiere, y como quiere: no elige a los mejores, o a los números uno, sino a quien quiere, y porque quiere, según su criterio, no por los nuestros.
¿Y a qué les llama? Algo fundamental: a estar con Él.
Pidamos hoy a Dios sentir su llamada, admirarle , y desear estar con Él.
José Luis, vuestro Párroco