Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles II del Tiempo de Adviento.
Lecturas: Mt 11, 28-30.
Este texto hace referencia, a mi entender, a una profunda experiencia de Jesús: Él ha sentido y vivido que el Padre es la fuerza de su fuerza, la energía que le da fuerza para caminar.
El Señor ha encontrado en el Padre fuerza y alivio para su cansancio; ha sentido que el Padre y Él están unidos profundamente, tanto que nos invita a ir a Él, y estar unidos profundamente a Él, porque estar con Él es estar con el Padre.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco