Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes III del Tiempo de Adviento.
Lecturas: Jn 5, 33-36.
Jesús reconoce el testimonio de Juan, la valía de este hombre, su tarea y labor.
Pero a la vez, revela quién es Él mismo: la profunda comunión entre Él y el Padre que le envía.
Hoy podemos contemplar cómo el Señor dándose a conocer, no deja de reconocer y admirar el valor de aquellos que le anuncian. Nunca se pondrá por encima, sino que reconocerá la integridad y valor de los demás. Contemplemos así al Señor. Y pidámosle que nos dejemos alumbrar por su luz y por la luz de los suyos.
José Luis, vuestro Párroco