Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes IV del Tiempo de Adviento.
Lecturas: Lc 1, 5-25.
Un texto muy entrañable el anuncio del nacimiento de Juan Bautista.
Dios tiene el firme propósito de salvar a su pueblo (¿toda la humanidad?)
Por ello tienen un profundo sentido las primeras palabras que dice el ángel a Zacarías: «no temas». Dios siempre que da un paso nos dice «no temas», «vengo a salvarte» podríamos afirmar. Dios desea lo mejor y más pleno para todo ser humano. El «no temas» a Zacarías, y a tantas personas en la Escritura, Dios nos lo dirige a cada uno de nosotros, a cada persona.
Después de este saludo, el ángel anuncia a Zacarías el proyecto de Dios: a él y a su esposa, les libra del oprobio de la esterilidad ( para Israel es una maldición), y a la vez anuncia que este niño se va a ocupar de comenzar a anunciar la salvación. Dios que libera, que repara, que anuncia, que nos convoca a la vida.
Podemos hoy leer este texto, y saborear como es nuestro Dios: Dios que nos trae la salvación, la plenitud, y que nos dice «no temas».
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco